Cada vez aparecen más artículos que hablan de la transformación digital, pero ¿realmente las empresas evolucionan, desde el punto de vista tecnológico, al mismo tiempo que lo hace la sociedad?
La transformación digital es el proceso de adaptación de toda la organización a las tecnologías digitales para obtener una optimización de la experiencia del cliente.
Afecta a todos los departamentos de la empresa y conlleva una nueva visión empresarial basada en una nueva cultura organizacional.
Recordemos la fábula de la rana y el agua hirviendo, que nos viene a advertir que existen procesos lentos y graduales que amenazan, en este caso, la supervivencia de nuestra empresa y no somos capaces de identificar a tiempo. No nos damos cuenta de ese movimiento gradual y la falta de conciencia nos lleva a una falta de reacción o que éstas sean tardías.
Según Manuel Balsera, Director del Senior Management Program in Digital Business y del Máster en Digital Marketing de ESIC y CMO & CSO AMC Networks, lo importante de este nuevo escenario es que “el cambio es tan rápido que no percibes el movimiento” y por eso parece que todo sigue igual y que lo digital será pasajero. Pero, no.
La transformación digital desplazará del mercado al 40% de las empresas, según informe Digital Vortex “How Digital is Redefining Industries”. La tecnología pondrá a prueba el valor de la cadena humana de las compañías.
La clave es encontrar el modo de ser insustituibles en el mundo laboral y para ello, lo primero es acabar con uno de los conceptos que más se asocia a la transformación digital, el MIEDO. El temor a cambiar.
Ante esta situación, los directivos se encuentran en un momento “de total disrupción, donde todo lo aprendido ya no vale, y deben reinventarse. Es una cuestión de humildad, de aprender a desaprender, de cuestionar y descartar, de reinterpretarse y pensar que tienes que estar aprendiendo constantemente” (Manuel Balsera). Un nuevo escenario que requiere “aptitud”, pero también “actitud” porque el mercado expulsará a los profesionales y a las empresas que no aborden la digitalización, subraya Balsera.
La transformación digital está cambiando la manera de actuar y pensar de las organizaciones y también provocará cambios en la manera de trabajar. Tenemos que ser capaces de tener las competencias y habilidades necesarias para no perder valor en el mercado
Por tanto, el quid de esta transformación de las compañías no es la tecnología, sino las personas. Creatividad, curiosidad, no tener miedo al fracaso y disfrutar de los retos y el cambio serán características requeridas en el futuro por las empresas.
Marcelino Oreja, consejero delegado de Enagás, destaca que el profesional de la Industria 4.0 debe contar con una buena capacidad de aprendizaje y ser capaz de aprovechar el cambio, no sólo de adaptarse.
Por tanto, ¿cómo educamos a nuestros hijos y cómo nos reinventamos los adultos?
Teniendo en cuenta que las empresas valoran la aportación humana en la medida de que esta sea imprescindible, en el futuro debemos centrarnos en tareas que requieran creatividad e innovación y delegar las otras labores. La IA automatizará éstas y nosotros necesitaremos concentrarnos en tareas que necesiten valoración subjetiva y habilidades sociales, habilidades estas imprescindibles, sobre todo, en puestos de mando: hacer networking, mantener el contacto y tener empatía hacia los demás.
Las empresas tenemos que adaptarnos e incorporar todo lo bueno que las herramientas tecnológicas nos ofrecen. Por ello, BUBLED ha elegido hacer presente el futuro y utilizar las nuevas tecnologías para comunicar en materia preventiva y conseguir que la información llegue al trabajador de una forma agradable y personalizada.