El pasado 16 de mayo, Polar Star Films presentó el documental “Ladrones de Tiempo” dirigido por Cosima Dannoritzer. En él habla de cómo el tiempo ha llegado a ser equivalente al dinero, por qué la gente sufre de “pobreza de tiempo” y cómo sucede que por más que intentamos ahorrar tiempo, cada vez tenemos menos.
Este documental me ha traído a la memoria un libro que leí de pequeña: “Momo” de Michael Ende. Momo es la encargada de devolver, a los habitantes de la ciudad, el tiempo que ha sido robado por los Hombres Grises. Estos representan al Banco del Tiempo y proporcionan la idea de ahorrar tiempo. Éste es depositado en el banco y devuelto más tarde con intereses.
¿Qué ocurre? Que con esto las personas entran en un círculo, en el que ahorran más y más tiempo y se olvidan de hacer todo lo que se considera perderlo (pasear, ir al cine, quedar con amigos,…) ya que esto “es gastarlo de modo totalmente irresponsable”.
(No te pierdas el capítulo 6, “La cuenta está equivocada, pero cuadra”)
Los Hombres Grises se integran en la vida de la ciudad y de sus habitantes sin llamar la atención y “paso a paso sin que nadie se diera cuenta, continuaban su invasión y tomaban posesión de los hombres”.
Este libro fue publicado en 1973 y lamentablemente, mirando a mi alrededor, me doy cuenta que los Hombres Grises nos han conquistado.
¿Qué hacemos? Trabajar y adelantar trabajo. Algunos adelantan tanto que a los 45 años se podrían jubilar. Y cuando se jubilan se deprimen porque no saben qué hacer con el tiempo. Y mientras tanto, nos estresamos porque no llegamos a TODO.
Como dice el documental: ¡Tu tiempo es un gran negocio! Olvidaros del agua, el carbón, el petróleo y minerales raros. Hay un nuevo recurso natural que todo el mundo quiere: NUESTRO TIEMPO.
La vida se nos plantea como una carrera de resistencia en la que, queramos o no, participamos todos. Nos hemos metido tanto en ese círculo de ahorro de tiempo, que no nos paramos a preguntar ¿ahorrar tiempo, para qué? Ahorramos, ahorramos y ahorramos y todo ese tiempo que ganamos para luego hacer qué… ganar más tiempo.
Si, desgraciadamente, hoy en día no sólo es un arte perder el tiempo, sino saber perderlo; y con esto me refiero a no tener remordimiento por ello y no querer después sacar 26 horas al día. Hay que detenerse, sin miedo, y pensar qué cosas son las importantes, aprender a organizarnos, porque si no paramos, llegará para instalarse y convertirse en nuestros amigos el estrés, la ansiedad,…
No nos damos cuenta que el tiempo que dejamos pasar no vuelve, no nos lo ingresan en la vida con intereses. Eso sí es tiempo perdido.
En Bubled queremos que te relajes y puedas desconectar, por eso también recibirás propuestas de concursos, juegos,… que te ayuden a parar el reloj de las obligaciones.
No seamos como aquel personaje de Alicia en el País de las Maravillas:
“Ya se me hizo tarde
¡Me voy, me voy, me voy!
¿Lo ves? ¿Lo ves?
¡Ya son más de las tres!
¡Me voy, me voy! ¿Qué tal? ¡Adiós!
¡Me voy, me voy, me voy!
¡No, no, no, no, no, no, no, yo ya me voy!
¡Me voy, me voy! ¿Qué tal? Adiós.”