La amnesia digital se ha definido, a partir de un estudio elaborado en 2015 por la firma de seguridad informática Kaspersky Lab, como la experiencia de olvidar la información inmediatamente al confiarla a un dispositivo para que este la recuerde por nosotros.
Este estudio revela que más de la mitad de los usuarios de dispositivos móviles eran incapaces de recordar los números de teléfonos de sus amigos y vecinos.
Los datos sobre España muestra que la mayoría de los españoles que suelen conectarse a Internet de forma habitual no es capaz de recordar de memoria información sobre números de teléfonos importantes, incluido el de sus hijos (44%), el del colegio de sus hijos (90%) o el de su lugar de trabajo (51%). Alrededor del 20% de los españoles no pudo recordar el número de su pareja, aunque el 65% todavía es capaz de recordar el número de teléfono de la casa en la que vivía, cuando tenían entre 10 y 15 años.
Los datos que se desprenden del estudio sugieren que nuestra incapacidad para retener la información importante se debe a que estamos delegando la responsabilidad de recordar en los dispositivos digitales, sobre todo en los Smartphone.
Sin embargo, se habla de Amnesia, de olvido, pero en realidad no se memoriza, no se retiene, ni se presta atención, luego no olvidamos. La memoria es la capacidad mental que posibilita a un sujeto para registrar, conservar y evocar las experiencias. Cuando se añade un número de teléfono a los contactos del móvil, la mayoría, lo hace a través de un whatsapp o de una llamada perdida, ni nos fijamos en los números, nuestra mente no los registra. No podemos olvidar algo que no hemos memorizado.
Según los expertos, esto no es perjudicial en sí mismo, ya que el no tener que memorizar datos comunes, permite al cerebro focalizarse en cosas más importantes; pero si recomiendan memorizar 2 ó 3 teléfonos.
Bill Nye dice que no es necesariamente nocivo, si no tienes que recordar tantas cosas, el cerebro puede usar la materia gris que antes utilizaba para recordar (p.e. números de teléfonos), para analizar situaciones de forma crítica y encontrar soluciones o para recordar con mayor detalle lo que hiciste el último verano.
El problema está en que estamos generando un grado de dependencia para con la tecnología que impacta de forma directa en la memoria y en la capacidad del cerebro para recordar información, no nos molestamos en memorizar y aparece el efecto Google, tendencia a olvidar la información por estar acostumbrados a buscar lo que deseamos en Internet.
Recordemos lo que decía Ebbinghaus sobre la curva del olvido, a medida que pasa el tiempo recordamos menos información. En unos días se olvida un 50% de lo que hemos aprendido, en una semana recordaremos el 3%, a no ser que lo repasemos.
La película Inside Out explica muy bien que ocurre con los recuerdos que ya no son útiles, que no se evocan. Aparecen los “Mentaleros” aspirando los recuerdos grises: “Números de teléfono, no son necesarios, están en su teléfono. No sirven, hay que olvidarlos. ¡Olvídalo! Lecciones de piano por 4 años, guarda Para Elisa y adiós al resto ¡Olvídalo!” Estos recuerdos, pensamientos “van al basurero y nada vuelve de allí jamás. Si no te importa un pensamiento, se desvanece.”
Externalizar la memoria es muy útil y cómodo, pero puede afectar la capacidad cognitiva y la capacidad de retener datos sencillos. Sin memoria no podemos alcanzar determinadas habilidades cognitivas, como sintetizar, comparar, asociar o lectura crítica ¿Cómo leer críticamente sin referentes?
Los datos que se desprenden del estudio de Kaspersky Lab, sugieren que nuestra incapacidad para retener la información importante se debe a que estamos delegando la responsabilidad de recordar en los dispositivos digitales. Sólo recordamos aquella información que sabemos no podemos encontrar de forma garantizada en Internet.
El uso de la tecnología está marcando un antes y un después en los procesos cognitivos, gestionarlos correctamente depende de cada uno.