Esta semana se respira en el ambiente ilusión. Todos, el próximo sábado 22, estaremos pendientes de la lotería de Navidad. El que más y el que menos ya ha pensado lo que haría si le tocara.
Mientras tanto, y sin ser conscientes, muchos juegan a otra lotería. ¿Sabes a cuál me refiero? Comida de empresa, cenas con amigos y unas cervezas antes, unos vinos durante y unas copas después. Luego a casa en coche porque “yo controlo”. ¡Y ya hemos comprado el décimo! ¿Me tocará, no me tocará?
El año pasado, en el mes de diciembre, hubo 93 muertos en carretera, 3 cada día. 46 de ellas fallecieron durante la campaña de Navidad, un incremento del 21,7% con respecto al año 2016.
El anuncio de la DGT de 2018 nos pregunta “en un accidente de tráfico, ¿quién prefieres ser, quién vive o quién muere?
¿No será mejor no tener que elegir? Elegir disfrutar de la familia y amigos y que vivan una Navidad para recordar con alegría y esperar la siguiente con ilusión.
Jeanne Picard Mahaut, escribió su testimonio en www.stopaccidentes.org, “El día 1 de Enero del año 2000 cambio mi vida”. Esto es lo que contó:
“Mi hijo mayor, Santiago, 33 años, rompe su vida en la carretera. Educador social y ecologista convencido, había quedado con un amigo para ir a observar el “Pernileiro” en el Parque Natural de Corrubedo. Murió en un choque lateral en una carretera mal llamada “Vía Rápida”. Pendiente de juicio, al otro conductor que volvía de pasar la noche vieja no le hicieron control de alcoholemia…
A partir de aquel día nuestra familia, su novia y sus amigos quedan marcados para siempre con el dolor de su ausencia.
Aquel día sólo sabía pedir: ¡nunca más, que nadie más tenga que sufrir ese dolor!
Sentí rabia, impotencia ante el vacío de su ausencia, la pérdida de su alegría, de su proyecto de vida. Para siempre lloraremos por él, por su vida desaparecida…
No es nuestro destino ni es la fatalidad. El accidente de tráfico se puede evitar.”