En un lugar de la empresa, de cuyo jefe no quiero acordarme, no ha mucho tiempo hubo un trabajador que sufrió un accidente laboral.
Y, ¿qué se le ocurrió al jefe? No otra cosa que cambiar de ropa al empleado que sufrió un infarto de miocardio para esconder el uniforme y negar que éste tuvo lugar en horario laboral. No contento con esto, cuando el trabajador salió del hospital se dedicó a amenazarle y coaccionarle…
Este comienzo puede parecer el inicio de un storytelling para conectar emocionalmente con el mundo de la seguridad laboral, pero desgraciadamente no es así, es un hecho real ocurrido en Caliu de Bunyola (Mallorca). El responsable de la empresa fue detenido por la Policía Nacional por un delito contra los derechos de los trabajadores. Tras completarse la investigación se ha concluido la concurrencia de hechos que pudieran ser constitutivos de ilícito penal.
Lo primero que he pensado al leer la noticia es que después de casi 23 años desde que se aprobó la LPRL, ¿todavía se dan estos comportamientos? ¿En qué piensan algunos empresarios? Son Quijotes fuera de la realidad. En el artículo 14 de la LPRL se nos habla de las obligaciones de los empresarios en materia preventiva y el artículo 42 deja muy claro que “el incumplimiento por los empresarios de sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales dará lugar a responsabilidades administrativas, así como, en su caso, a responsabilidades penales y a las civiles por los daños y perjuicios que puedan derivarse de dicho incumplimiento”. Y sin embargo, ¿siguen pensando que no les va a suceder nada?
En BUBLED no sólo nos centramos en la información de los riesgos a los que están expuestos los trabajadores, sino de concienciar a empresarios, mandos intermedios,… de sus responsabilidades. Esta información constante es necesaria para que tengamos siempre presente qué nos puede ocurrir. Existen sentencias en la que los empresarios han sido condenados a una pena que implica su ingreso en prisión.
Pensemos por un momento como conducimos cuando llegamos tarde al trabajo. Solemos ir más deprisa de lo permitido, con esa sensación de que al ser un camino conocido controlamos todos los posibles imprevistos, y de repente, vemos un accidente. ¿Qué nos ocurre entonces? Volvemos a ser conscientes del riesgo que conlleva la carretera y durante un trayecto más o menos largo (dependiendo del conductor) reducimos la velocidad y cumplimos con todas las normas de circulación. Pero volvemos a mirar el reloj, que nos recuerda que llegamos tarde y volvemos a correr.
Bubled no quiere que corras incumpliendo la norma en materia preventiva y por ello te hace llegar de forma sencilla, eficaz y constante cuáles son tus responsabilidades.
“Le da un infarto y su jefe le cambia de ropa para que muera fuera del horario laboral”